Auditación Dianética Jueves 28 de mayo, 2009

Escrito por Hazlo Fácil | Etiquetas: , , | Posted On jueves, 28 de mayo de 2009 at 3:50 p. m.

(Escrito el 28 de mayo de 2009)

Hoy he tenido una sesión de auditación. Ha sido la más sorprendente, creo que he descargado mucho, y por eso la pongo aquì. Aclaro que, como repasè el incidente dos veces en forma detenida, me acuerdo perfectamente de cada detalle. Sinembargo, tataré de relatarla resumidamente.


11:00 AM, Chihuahua, Ch.

Veo un hombre, tendrá unos 37 años de edad. Es alto, de piel blanca, ojos oscuros, esbelto... Está haciendo algunas conjeturas mentales alrededor de un escritorio grande. Piensa como en planes, como que debe de tomar una decisión. Se sienta en una silla y maneja un aparatejo extraño... tiene una especie de micrófono... Quizá sea una especie de teléfono, pero es muy viejo, nada que ver con un telefono. No sé qué nombre darle al aparato... Lo manipula... creo que soy yo... o quizás mi padre... No, soy yo; sí, soy yo.

¿En qué lugar estás? ¡Plack!Italia.

¿En qué fecha?

Mil novecientos cuarenta y tres.

Continúa.

De pronto, alguien entra en el local. Es una habitación grande, una oficina, seguramente mía. La persona toca la puerta, pero no espera una respuesta: la abre y me comunica álgo... Me dice... Siento que es otro idioma, o quizá sea su tono o los matices de su voz los que me dan la impresión de que es una forma de hablar extraña, pero a la vez muy familiar. La persona me dice algo como.... "ya llegaron". Yo no pregunto quiénes, no importa, pues la forma en que lo dice, su agitación, su nerviosismo, me dan a entender que llegaron enemigos, ¡qué importa quiénes! Ahora me pongo nervioso. Escucho gente correr, gritar, se abren puertas... se oyen autos arrancar... Abro un cajón de mi escritorio y tomo unos papeles. Es un buen bonche de papeles, papeles importantes... No sé qué hacer exactamente... Volteo a todos lados. El pregonero que está en la puerta espera una orden, espera que diga yo algo. Pero la noticia me agarró por sorpresa, ¡no sé qué hacer!... Creo que... me tomo un arma de fuego que está enfundada en mi cinturón, en la parte trasera de mi pantalón, por aquí (señalo la zona derecha de mi espalda)... Es una pistola larga (señalo unos 25 cm aprox.). Pesa un poco... ... No sé, no sé qué pasa despues... No sé, no me acuerdo.

Repite, por favor, muchas veces: "NO ME ACUERDO".

"NO ME ACUERDO, NO ME ACUERDO, NO ME ACUERDO... NO ME ACUERDO, NO ME ACUERDO... NO ME ACUERDO, NO ME ACUERDO..." (más o menos como un minuto).

...Creo que salgo de la habitación. Le digo algo a la persona que vino con la noticia. Es una persona joven... tendrá unos veinti... cuatro, quizá veinti tres años. Está asustado. Caminamos por un pasillo largo. A los lados hay habitaciones, parecer oficinas, aunque la mayoría tienen la puerta cerrada... A la mitad del camino nos topamos con varios sujetos. Son como... como cinco... son, creo, que seis. Me hablan. Me dicen que son ellos. Me dicen quienes son... no sé... me dice uno de ellos quiénes son, pero... no lo tengo claro...

Aver, te voy a pedir una respuesta rápida. Respondo lo primero que te venga a la mente.

¿Quiénes son?


Ingleses.

¿Qué? (Creo que no lo pronunciè bien, o no me oyò)

Ingleses. Sí, son ingleses.

Ok.

En realidad, no me importa quienes sean. Lo que me importa es la actitud de ellos (de los sujetos que tengo enfrente). Son soldados, todos asustados y esperando que yo les dé una orden para proseguir... ... Creo que... intercambiamos unas cuantas palabras. Y al final creo que he decidido algo, que ellos también saben. Nos dirigimos por pasillos. Vamos a prisa. No corriendo, pero a paso rápido. Bajamos unas escaleras. Al bajar, escuchamos detonaciones fuertes. Unade esas detonaciones al parecer fue muy cerca del edificio, y este se zimbró. Sentí la pared moverse. Bajamos otro piso. Un soldado que parece ser general -pues es el que se dirige a mí más que los otros- va abriendo puertas, tiene un llavero con llaves muy toscas y grandes (me sonrío al visualizarlas). Entramos por un tunel oscuro. No sé si no haya electricidad, pero no nos preocupamos, tenemos como un camino bien trazado en nuestra mente. Posiblemente ya habíamos estado algunos de nosotros ahí, en especial el general y yo. Vemos unas escaleras metálicas. El general -una persona corpulenta y valiente, según me dice su semblante- sube y abre como una entana, una escotilla en el techo... Subimos... Es otro piso, pero las escaleras continúan. Abren la otra "ventana" del techo y el general se asoma... como que está viendo si la zona está despejada, al menos por los enemigos... Subimos. Ellos suben primero y yo al último... Siempre voy con mi arma en mano. Subo... ... Veo montañas a lo lejos. Son azules. No veo ciudades o pueblecillos cerca ni lejos. Hay una pendiente... pero no tiene árboles ni nada grande... son sólo pasto y arbustos y plantas pequeñas... Un soldado ha estado gruñendo, ha estado hablando fuerte, muy espantado... No me importa... Los demás lo tratan de tranquilizar, pero a mí no me importa... Yo estoy con una incertidumbre. No sé qué hacer.... El soldado se nervioso, el más nervioso se va. Grita algo, pero no lo escucho, no me importa. Lo veo correr a mi izquierda y simplemente siento... como que pienso que es un cobarde. Y lo olvido, no me importa.

...Estamos de espaldas a una pared, una pared muy alta, de unos... diez... ó... doce metros de altura. Es una pared muy ancha... quizá unos treinta metros de largo... Estamos todos... somos como... somos cinco personas. Estamos alertas, viendo a los lados, sin saber qué hacer... ... Me miran a ratos... como preguntando què hacer, pero yo no tengo un plan, estoy desorientado... Ahí... (suspiro y muevo la cabeza, desilusionado)... ahí debería haber autos... debería haber al menos unos cuatro o cinco automóviles... Por eso se fue el otro soldado. Nuestro plan falló... Me da coraje... Ahí debería haber autos y no hay nada (siento ganas de llorar, pero no lo hago)...

Siento... un estruendo muy fuerte. Se oyen balazos, gritos, autos que arrancan... y escuchamos un estruendo fortísimo. Creo que le pegaron al edificio. Todos nos espantamos. Lo que está sucediendo al otro lado del edificio ha de ser terrible... Yo, instintivamente, bajo un poco las escaleras hacia debajo del edificio... Fue un acto instintivo, cobarde si se quiere. Los demàs sòlo se agachan, espantados, y al verme que me metì, esperan con sus miradas, que me retracte de lo que hice, como que no creen que yo haya hecho eso... ... No me gustan sus miradas... me incomodan... Quieren que reaccione, que diga algo... ¿Por què me miran?... No sè què decir, còmo actuar... ¡Me da coraje!... ¡Vàyanse! ¡Largo de aquì! (llòro)... ... Me miran... Hay un general, creo que es un general, que tiene un aspecto rudo. No se ve mala persona, màs bien es un sujeto rudo, fuerte, autoritario... Me ve con làstima... como no creyendo lo que acaba de ver y oìr... Me da tristeza... aùn èl se ve ahora sòlo... sabe que, al menos para mì, su superior, ya todo ha terminado.

Hay un soldado que no se va. Baja las escaleras y se pone junto a mi, a mi derecha. Es un chico joven, como de unos veinte años... Me da tristeza por èl, pero trato de que no me importe. Al fin y al cabo, es su deber protegerme... Creo que se ha de sentir valiente, orgulloso. O quizà tambien sea un cobarde como yo... no lo sè.

Estamos en la oscuridad. De alguna forma es un alivio porque no me estan viendo. No estan viendo que no se què hacer y cuan tan nervioso estoy. Son las miradas lo que me incomoda màs que el simple hecho de que lo sepan... Me siento mejor... Puedo pensar mejor... Me acuerdo de mi familia... (quiero llorar) Yo tengo familia... Tengo una esposa y una hija pequeña. No sè còmo estaràn... No estan ahi donde yo estoy, pero... (lloro) ¿Què va a ser de ellas? ¿Còmo lo van a tomar si... si ya no me vuelven a ver?... a mis jefes no les van a importar... ¿Què va a ser de ellas? (me lamento, moviendo la cabeza y llorando)...

Pasa mucho tiempo, son horas. Poco a poco se va calmando allà arriba... Ya no se escuchan estruendos fuertes... No, ya acabò todo... Nos metemos en una habitaciòn, es una habitaciòn algo còmoda. Hay una cama individual, un pequeño closet, un espejo, un sillòn y un mueblecito... El soldado pone el mueble pequeño a modo de tranca, en la puerta. Nos sentamos en la cama... Creo que yo estoy en un banquillo menos alto que la cama. Veo al soldado a mi derecha, un poco màs alto... Hablamos, pero son generalidades, frases cortas. No creo que hagamos migas los dos. Es màs, casi no me importa èl. Me importa saber què pasa afuera. No sè si podrè salir de èsta. Es casi imposible... No sè còmo llegaron... Nuestro lugar es un sitio secreto, està alejado de las ciudades... ¿Còmo llegaron? Se pudo haber evitado èsto... Creo que cometì algunos errores... ... Paulina... Paulina, se llama mi niña. Tiene como 8 o 9 años... ¡Ahhh! ¡Le dije puras estupideces!...(lloro) ¡le inculquè puras pendejadas!... Puras ideas estùpidas que a mi me inculcaron en esta guerra, todo se las inculquè a ellas... Quisiera tenerlas a mi lado... abrazarlas... (lloro aùn màs) decirles... decirles: "Olviden todo lo que les dije, no es cierto... las quiero... perdònenme..."... Pero no estan aquì. Estoy con un joven soldado que no sabe lo que hace... Quizà estè llorando tambièn... Ya no habla. Me pregunto si tendrà familia. No creo que sea casado, pues es muy joven... Què làstima, pobre niño. No es niño, pero siento que es como un niño, inocente, con actos inconscientes... Pobrecito.

Alguien viene... Se oye que abren puertas, arriba. Me palpita ràpido el corazòn, hasta siento que mueve mi camisa... Guardamos silencio... Tengo una esperanza... algo que me dice que quizà, con una suerte de locos, pudiera ser que hayamos ganado... o mejor dicho, que hayan ganado los nuestros, pues yo y mi compañero no usamos para nada las armas... Pero es una esperanza remota, la ùltima... y nos aferramos a ella, aunque no lo decimos... ... Tienen llaves... van abriendo puertas con llaves... No... no son los nuestros... hablan en otro idioma, un idioma que yo no entiendo... es inglès. Siento un cierto alivio, pues al menos ya sè que perdimos y no estoy con la incertudumbre... Miro hacia mi compañero, como dicièndole: "Es el fin...". Pensamos en muchas cosas sin decir palabra. Pienso en abrir la puerta y matar a todos los que pueda antes de que me maten a mì. Pienso en rendirme y esperar a que me liberen o me maten... Hay una tercera opciòn... Mi compañero mira mi revolver, que està en mis piernas... me quiere sugerir, con esa mirada, que piense en el suicidio... ¡No! No soy de esos... Simplemente, no me llama la atenciòn el suicidio... Sè que muchos lo hacen en circunstancias similares, pero no es lo mìo, quiero ver què pasa, quiero resistir hasta ver la ùltima esperanza desvanecerse... ... El chico, a mi lado, se para y deja su rifle en la cama... Creo que me calma esa actitud, me hace reivindicar la decisiòn de rendirnos... Me paro y dejo tambièn mi arma... Dudo... Me cuesta trabajo derjarme de èl. Sin èl me siento totalmente indefenso... Pero lo dejo... ... Estan cerca. Sacan gente, quizà prisioneros... Oigo unos pasos cerca de la habitaciòn... Es un soldado... Sus pasos se oyen como los de una muchacha con zapatos de tacòn acercàndose despacio para coquetear... Està frente a la puerta... Siento que el corazòn se me va a salir del pecho... (respiro apresuradamente). Estamos en una esquina... Mi compañero dice algo... No sè què diga, pero lo dice para que se den cuenta de que estamos aquì, està muy nervioso, tambièn... Se acercan màs sujetos a la puerta... Hablan en tre elllos... Creo que nos dicen que àbramos la puerta, pero no lo hacemos... La golpean. Me sobresalto, la quieren abrir... ... La abrieron... pero no se meten, se quedan afuera, en silencio... Nos hablan... Al fin, un soldado se asoma... Se mete, y se meten otodos... Son muchos, como unos 8... Llegan màs... Estan rièndose, les da risa vernos... Me miran màs a mì, que a mi compañero. No sè què sucederà... Son blancos, altos, unos màs altos que yo... ... Uno de ellos se acerca a mì y me ve de arriba abajo, como estudiàndome... Me mira a los ojos... (me sonrìo) Creo que... lo intimido... Casi se le borra la sonrisa... No es mi escudo en el pecho, es mi... mi porte, mi personalidad lo que le intimida, quizà mi mirada. Creo que proyecto cierta superioridad hacia èl... ...

Continùa.

No recuerdo què pasa despuès... ...

Aver, repite muchas veces: "NO ME ACUERDO".

NO ME ACUERDO, NO ME ACUERDO, NO ME ACUERDO...

Un soldado me toma del cabello y me dirige hacia afuera... Vamos con las manos en la espalda... Ya no veo a mi compañero... yo voy al frente de todos... ¡Aaah! (me tomo el costado derecho de la espalda) Me dieron un golpe en una costilla... creo que... ahh... creo que me la fracturaron... Fue un golpe con un rifle, me van empujando, pero se le pasò la mano al soldado... ahh... Vamos por un pasillo y... hay un señor que se acerca con màs sujetos... Es un señor bajito... Se ve que es una persona muy feliz... Creo que hasta serìa una buena amistad, si estuvieramos en el mismo bando... ... No sè què pasa despuès... ...

Aver... ¿Aquì termina ese incidente? ¡Plack!

No.

Vè a un dìa despuès. ¡Plack! ¿Què vez?

Estoy en una celda (respondì ràpido, sin pensarlo)... frente a dos señores... Me hablan en mi idioma, pero no saben què hacer, no tienen un plan definido sobre mì... De pronto se van... Quisiera pedirles un poco de agua, pero si ellos no se han acomedido a darmela, es porque quizà no quieren... Y los entiendo... Asì se trata a los prisioneros... Se les debilita, se les humilla, yo harìa lo mismo, no espero que se compadezcan... ... Me duele un poco la costilla... Ya no mucho, pero me duele... Creo que estoy en otro lugar lejos de mi ciudad... No sè, lo noto en el aire, en el ambiente de los custodios... Han pasado varios dìas... muchos dìas... no sè cuànto tiempo... ... Quiero saber què pasa afuera, què noticias ha habido. Quiero saber còmo va todo. ¿A dònde estoy? ¿Què fecha es?...

¿En dònde estàs? ¡Plack


En Suiza.

Continùa.

Pasan varios dìas. Un soldado me da agua cada dos dìas, si bien me va... Recuerdo haber tomado un jarròn repleto de agua... lo traguè desesperado... (me mojo los labios, como saboreando algo) Creo que fue el trago de agua màs placentero y rico que he tenido en la vida...

Aaah, quisiera regresar el tiempo y poder evitar lo que pasò... Quiero estar con mi familia... (lloro) ¿Què estaràn hacièndo? ¿Ya se habràn enterado...? Quisiera estar con ellas y abrazarlas y besarlas y... y decirles... "vamonos... vamonos lejos de aquì..."... Estoy confundido... Por un lado, como que quiero entender, recapacitar acerca del fin que perseguimos nosotros en la guerra... Recuerdo la mirada de un custodio... Me viò como pensando en què pasarìa si nosotros ganàramos la guerra... como tratando de entender mi forma de pensar, mis ideales. Creo que... qu-quizà esten en lo correcto... Hay mucha gente que està sufriendo, muriendo... ... (vuelvo a llorar)... Creo que sì estoy mal, me equivoquè... Mi hija y mi esposa... Paulina y... Josefina... se llama Josefina, mi esposa... ... el amor que siento por ellas... Creo que sì existe Dios (lloro)... debe de existir... el amor hacia mi familia me lo dice... Siempre me habìan dicho que Dios no existìa... Ooh, ¡què estùpido! Yo eso les tratè de inculcar a ellas... No creo que lo captaran del todo, pero eso tratè de inculcarles... ¡Puras estupideces! ¡idiotèz y media que...! Les dije puras cosas, puros "ideales" vanos y tontos... el amor a su tierra, a nuestra pàtria... (menèo la cabeza) ... Me estremezco (se me pone la piel chinita) al pensar que hay mucha gente que aùn piensa en esas cosas... Son muchos... Dios mìo, ¿por què? Esto se ha salido de control... ... ... (Paso mucho tiempo pensàndo, todo estremecido)

Continùa, por favor.

Pasa algo afuera... Se escucha gente desesperada... Me levanto del suelo... Pongo atenciòn... Hay autos que arrancan, hay mujeres que gritan, soldados que entran apresurados a habitaciones cercanas, se escucha su agitaciòn... Estan sacando a la gente... Sì, creo que hay otro enfrentamiento... Vienen custodios, son soldados. Me sacan, estan muy nerviosos y yo... (me cuesta trabajo aceptar lo que estoy sintiendo) Me pongo contento... Hasta me dan ganas de reìrme de los custodios, burlarme de su nerviosismo, de su miedo, porque estan sintiendo miedo los pobres estùpidos... Sì, son ellos (nunca dije quienes, pero intuyo que eran alemanes los que invadìan, y tenìa la esperanza, muy viva, de que nos iban a rescatar)... son de los nuestros... No sè... me incomoda, me confunde... antes estaba arrepentido y ahora... como que me siento un beato que habìa pasado por un momento de poca fe y ahora vuelve a creer esos dogmas tontos... (me tomo la cabeza, confundido y desilusionado de mì mismo)... ... Nos sacan. Somos muchos... Reconozco a un amigo mìo, es mayor que yo... Caray... què mal se ve... todo ojeroso, creo que tiene màs canas, la barba crecida... què làstima... nada que ver con su imàgen de tiempo atràs... ...

¿Què pasa despuès?

... No es mi pais... creo que es màs bonito que mi paìs. Hay montañas muy hermosas, todo està verde, es precioso, me gusta mucho... Vamos muchos con las manos en la cabeza... Somos muchos prisioneros... Se escuchan estruendos a la distancia, a unos cuantos kilòmetros... Nos meten en unos carros grandes... Al subirme yo, me vuelve a doler la espalda... ahh, me ayudan... Està todo oscuro... Vamos soldados y prisioneros... Los soldados, que hablan principalmente en otro idioma que no es inglès, dicen cosas desesperàdamente, incluso hasta se notan caldeados los ànimos... ...

Àlgo pasa, se detuvo el camiòn... Nos bajan. Estamos todos abajo... Nos forman en fila a los prisioneros... estamos de gris... ¡No!... ¡no, Dios mìo, no!... (chillo abundantemente) ... Estan discutiendo los soldados. Discuten unos con otros... Uno quiere darse prisa, voltean a todos lados, no tienen mucho tiempo... Unos prisioneros comienzan a llorar... parecen niños... Creo que... se han puesto de acuerdo los generales... ¡No!... Todos lloramos... Me hìnco... ¡Por favor, no me maten! ¡Por favor, tengo familia!... (chillo) ... Un soldado le dispara a un señor mayor que yo y èste cae al suelo... Hay màs balazos... ¡No! ¡Por què?... Siento un disparo en el hombro izquierdo. ¡Aaah! Màs disparos...

(Àlgo curioso, que no me detuve en observarlo sino hasta que terminò la sesiòn, es que de un momento a otro, al sentir los disparos, terminè de derramar làgrimas. Intuyo que morì de un disparo a la cabeza, pues no me vì agonizante)

... ¿Què pasa?... No sè dònde estoy... ...

¿Estàs en tu cuerpo? ¡Plack!

No.

¿Còmo se llama el lugar en donde estàs? ¡Plack!

No sè. No es el cielo... No veo àngeles, no veo a Dios... Es... No sè si sea un lugar fìsico...

¿Puedes ver tu cuerpo?

Sì. Si quiero verlo, lo veo... Està tirado de espaldas... con la pierna izquierda doblada... No se mueve... No soy yo... Osea, soy yo, es mi cuerpo, pero... yo sigo vivo... No siento dolor fìsico... Puedo poner mi atenciòn en otras partes del mundo, ver lo que pasa... ... Dios mìo... veo ciudades destruìdas... mucha gente sufre... Por Dios... (me estremezco, me agarro los brazos) Esto es un infierno...

¿Estàs en el infierno?

Nooo... No creo que exista èso. Quiero decir que la Tierra es un infierno... ...

¿Còmo se llama el lugar en donde estàs? ¡Plack! (Supongo que la auditora necesita un nombre, pero, a diferencia de las otras ocaciones, no viene ninguna a mi mente).

No sè. Hay muchas personas a mi alrededor... No tienen cuerpos fìsicos... Son... son como bolas de niebla... como de humo... son como (trato de decirlo con las manos) como bolas de niebla aglomerada... Son como... como luz comprimida, sì, como luz comprimida... No son como focos, ni como soles, los soles tienen minerales... es como luz pura, muy pulcra. Su centro es mucho màs luminoso que su periferia... ... Me siento extraño... Me siento màs libre... Creo que podrìa desplazarme, alejarme de ahi... Por todos lados hay bolas de luz... Pero no quiero moverme, quiero descansar... No... No es un descanso fisico... no estoy cansado... No sè, estoy confundido... Quiero estar a solas conmigo mismo... Hay unas esferas que se acercan y como que me estudian... Creo que quieren consolarme, todavìa estoy un tanto espantado... Es como que me dicen: "Ya vez, no era tan malo. Ya pasò todo...". ... Hay màs esferas que acaban de llegar, como yo. Unas estàn màs deprimidas que otras... No tienen rostro, pero... como que siento sus sentimientos, siento lo que sienten, hasta lo que... lo que dicen... no es sonido, es una comunicaciòn... Aaah (me rasco la cabeza)... No sè, no entiendo, no puedo describirlo con palabras... quizà si suiera otros idiomas... No... esque no creo que haya palabras que describan lo que... veo... No, ni siquiera "veo", porque no tengo ojos... Perdòn, no sè què decir, estoy confundido.

¿Què sientes? ¿Què quieres hacer?

Quiero estar a solas. Hay muchas esferas de luz que quieren estar a mi lado, pero yo quiero estar a solas, aunque me agrada mucho su presencia. Me hacen sentir bien. Son esferas muy felices... Què tierno que me brinden su ayuda... Pero quiero estar a solas... Hay otras esferas que se "ven" màs mal que yo... Quisiera consolarlas, no sè por lo que pasaron, pero quisiera consolarlas... Sin embargo... por el momento quiero estar a solas... No me alejo de todos... Es como si tuviera una capa alrededor y simplemente me tapara por completo, cerràndole las puertas a todo el mundo, eso hacen tambièn muchas otras esferas... Aaah (gestos de alivio y descanso)... Quiero descansar, poner mis ideas en òrden. Sè lo que pasò... pero quiero poner mis pensamientos en orden, que las aguas tomen su nivel... Dèjenme, quiero estar solo... aaah, sì... (sufro una especie de sopor, de desvanecimiento, que màs bien es como un descanso, una desconexiòn de todo lo exterior y quizàs tambien, de lo interior).


Cuando cuente del 5 al uno, estaràs alerta, y cualquier sugestiòn que yo te haya dado, dejarà de tener fuerza sobre ti.

Uno... Dos...Tres...Cuàtro...Cinco ¡Plack!

Àbro los ojos. Me siento mareado. No veo muy bien. Como que acabo de llegar de un viaje, de un lugar muy lejano.

Cerdo País

Escrito por Hazlo Fácil | Etiquetas: , | Posted On miércoles, 6 de mayo de 2009 at 5:52 p. m.

Acabo de ver una noticia sobre cómo trataron los chinos a los mexicanos por aquello de la influenza. ¡Qué risa!... Y pensar que aquél pais se dice super-desarrollado e inteligente. Cómo es éso de que
"...un camión con ocho pasajeros mexicanos era escoltado por 32 ambulancias,
ocho motocicletas y varias patrullas, llegando al grado de cerrar puentes
vehiculares para que pasara."
¿Por qué algunos paises sufren, en lapsos, tanta ignorancia?

En fin. Pero no vengo aquí a defender a nadie. Es más; vengo a tratar de orientar a propios y extraños, y de paso, decir una que otra verdad nada patriótica.

Bien. En primer lugar, la mentada influenza es de origen euro-asiático. Por lo tanto, no hay porqué juzgar y discriminar a los mexicanos, ni siquiera a Estados Unidos, que es el pais de donde salió recientemente. Pero tampoco hay que culpar a los europeos o a los asiáticos: es un problema global, mundial. Otra cosa, muy distinta, (y aquí me quiero dirigir a los mexicanos) es que los mexicanos somos una bola de puercos (como la mayoria de los paises, claro está); que no pudo haber mejor lugar en todo el territorio que la ciudad de México para anidarse y reproducirse esta enfermedad. No hay de otra: los mexicanos necesitábamos de una epidemia para corregir nuestra escueta cultura higiénica. Pensemos por un momento en las epidemias que han asotado a Europa, por ejemplo. Enfermedades que arrasaron con todo el continente fueron producto de lo cerdos que fueron los habitantes de aquél entonces. El factor de escaso avance médico no es una excusa. Comprobado está por los historiadores que la escasa higiene de aquellos tiempos, rayando en la asquerocidad, fue algo que traspasó siglos. Y siglo tras siglo por fin europeo fue haciéndose la idea de que la higiene provoca buena salud. Ahora mirémos aquellos paises y veremos que son los más limpios del mundo. Más que la educación, fueron las grandes pestes, las grandes epidemias, las que dejaron en el inconsciente colectivo del europeo el hábito de la limpieza. Un simil muy válido es el del pensamiento de la mujer francés: "Para qué tener hijos, si cada diez años nos los matan en las guerras". La mujer francés de ahora no tiene muchos hijos, si bien nos va, tienen uno en la vida.

Es así pues, cómo me alegro de que esta epidemia haya tenido su apogeo aquí en México, un pais cerdo. Así el ser humano va tomando más conciencia de la limpieza de su propia persona y de su entorno. La bola de puercos que pululan a lo largo y ancho de todo el territorio mexicano seguramente no volverá a ser la misma después de ésto.

Descarga Opera - El navegador web más rápido y seguro del planeta.